miércoles, noviembre 30, 2005

Casa de citas

"Me gustan los hombres con futuro y las mujeres con pasado"

Atribuido a Oscar Wilde

¿Qué sería de nosotros sin esta gran casa de citas en que se ha convertido la vida, la literatura y hasta el fútbol?

sábado, noviembre 26, 2005

En el fútbol y en la guerra

“Como norma general, para poder vencer al enemigo, todo el mando militar debe tener una sola intención y todas las fuerzas militares deben cooperar. Cuando los generales son débiles y carecen de autoridad, cuando las órdenes no son claras, cuando oficiales y soldados no tienen solidez y las formaciones son anárquicas, se produce revuelta. Los generales que son derrotados son aquellos que son incapaces de calibrar a los adversarios, entran en combate con fuerzas superiores en número o mejor equipadas, y no seleccionan a sus tropas según los niveles de preparación de las mismas. Si empleas soldados sin seleccionar a los preparados de los no preparados, a los arrojados y a los timoratos, te estás buscando tu propia derrota.”

De "El arte de la guerra"
Sun Tzu

El chino lo decía por Florentino. Y por José Luis. Y por tantos otros.

viernes, noviembre 18, 2005

Migración

¿Por qué el AVE termina siempre anidando cerca del hogar del presidente o de algún ministro?

jueves, noviembre 17, 2005

Masa y poder

ACÁ en España todos los que creen que le dan al cerebro se confiesan discípulos de Ortega, el socio de Gasset. Yo prefiero leer a Ortego, Enrique, porque la sabiduría va de los estadios a los bares y sólo algunas veces se detiene en las universidades. El autor de «La rebelión de las masas» diseccionó con lucidez el panorama desolador de su época y lo que vendría. Pero uno no se puede fiar de un pensador que augura la inmediata desaparición de las modas de ir a la playa y ponerse en traje de baño. También don José era esclavo de sus palabras.
Nadie ha descubierto todavía por qué el secreto del buen gobierno reside en la masa. Viene a ser como el sexto polvo. Todo el mundo habla de él, pero pocos expertos saben de qué trata. Desde palcos y miradores resulta difícil desentrañar todas las partículas elementales que animan al individuo a sumarse a otro y unir esfuerzos, aunque sea momentáneamente.
Esta España profunda y paranoica, mágica para tirios, incomprensible para troyanos, ha conseguido igualar a todos sus súbditos debajo de una pancarta. Españoles todos, putas, obispos, chinos de Lavapiés, mineros, agricultores, transportistas, pescadores, «okupas», sindicalistas, pacifistas, republicanos, separatistas, unionistas, padres, madres, hijos, homosexuales, heterosexuales, transexuales y demás salen periódicamente a la calle a gritar, a llorar, a pedir lo que es suyo y lo del inglés. Unos acuden a las manifestaciones como el que va al trabajo. Otros prefieren el fútbol. Incluso alguno lee a Shakespeare.
El pancartismo y el amontonamiento popular ya no es de izquierdas. Nunca lo fue. Pero la memoria no parece el punto fuerte de los políticos. Y si les quedan recuerdos, les falta vergüenza.La protesta cotidiana retrata a países en ebullición. Quizás en Noruega casi nadie se manifiesta por nada, y menos en invierno. Entre la crispación animada y la aburrida aceptación de nuestro sino, los pueblos calientes prefieren la marcha.
Arden las calles al sol de poniente. De momento sólo es una metáfora. Pero, tras la descripción objetiva de que al Gobierno se le sublevan los ciudadanos, en algún caso tal vez se esconda el deseo de un tiempo absolutamente tranquilo, sin huelgas, sin voces. El resto es silencio.

domingo, noviembre 13, 2005

Respuesta

A la pregunta de que quién ganó ayer, tras la gloriosa marcha del 12-N, cabe responder: el Gobierno, la Iglesia o el PP. Aunque tal vez la mayoría siga pensando que fue España la que venció, esta vez por 5-1.

viernes, noviembre 11, 2005

Todos a la calle

En aquel entonces, los curas se manifestaron para que retiraran "Gilda" de los cines. El mayor pecado de Rita Haywort era decir "si fuera un rancho me llamaría tierra de nadie". También se desnudaba el brazo. La calle es de todos. La derecha española ha descubierto lo que excitan las pancartas, los gritos y los amontonamientos. Es una buena nueva.

miércoles, noviembre 09, 2005

Cuatro por cuatro

En el túnel del tiempo he encontrado a los nuevos telepredicadores con un aire setentero que despista. La televisión es comida rápida y los cuatreros no saben hacer un huevo frito. Que vuelva Bonanza.

martes, noviembre 08, 2005

Generalidad

Todos los niños son guapos. Todos los hombres van a morir. Nada es eterno. Ni la Constitución, ni la Monarquía, ni la República, ni Jiménez Dos Santos.

sábado, noviembre 05, 2005

Posmodernidad

Hay muchos Savonarolas, pero están en éste

viernes, noviembre 04, 2005

Reencarnación

El río pasa, aunque a veces la corriente mantiene su sabor de antaño. Savonarola ha vuelto y nos da sermones con ondas

jueves, noviembre 03, 2005

Del Estatuto y los pollos locos

El nacionalismo, como la vida, es una enfermedad que se cura con el tiempo, una pandemia sin otra vacuna que el sentido común. Una vez un iluminado exclamó que Serbia era toda tierra donde estuviera enterrado un serbio. No paró hasta incendiar las conciencias de las gentes. Amor sin límites, hasta el exterminio étnico. El corazón de Europa sufrió una sucesión de guerras civiles.
Ahora no se trata precisamente de eso, aunque algunos tribunos andan como pollos locos sin cabeza y no titubean en sacar del desván de la memoria el fantasma de la guerra del 36. Lo más terrible de la democracia es que los que no creen en la libertad (los hay en todas las orillas) utilizan las ventajas del sistema para exponer hasta la imposición su versión monocromática del otoño y de todas las cosas.
Las palabras pueden querer decir una cosa y la contraria. Nacionalistas se llaman los terroristas chechenos, los etarras, los del IRA... Patriotas se creen los insurgentes suníes en Irak y los palestinos que envían a sus hijos a hacerse explotar.
Mientras la palabra sea la única arma de futuro que alguien esté dispuesto a utilizar para defender su cosmovisión, por muy aldeana que sea, algo habremos ganado.Y de hecho hemos vencido. El pulso que el tripartito le está echando al Ejecutivo de la nación no está cimentado sobre la sangre de mil muertos, para vergüenza del plan Ibarretxe. El Estatuto catalán podrá parecer un desmadre, pero no está apadrinado por la mafia terrorista.
Lexicografía y semántica. «Parole, parole» decía una canción de la italiana Mina para referirse a los cantos de sirena de un amante que quiere reconquistar a su cansada dama. Ayer en el Congreso toda la música sonaba casi bien. Hasta la letra. Discursos juiciosos. Sensatos. Artur Mas, Manuela de Madre, Carod-Rovira, Zapatero, Rajoy... Todos aman a España y a Cataluña. ¿Entonces por qué no se ponen de acuerdo? Si Carod-Rovira es capaz de citar a Azorín y al ABC para argumentar que Cataluña es una nación, ¿cuál es el obstáculo para modificar el contrato que nos vincula a unos y otros? ¿No será que las palabras, además de sensibilidades y leyes, son capaces también de encerrar trucos, tratos y mentiras?

miércoles, noviembre 02, 2005

Pandemia

El nacionalismo, como la vida, es una enfermedad que se cura con el tiempo