jueves, diciembre 29, 2005

Carta a los Reyes Magos

Sostenía un escritor de juventud de cuyo nombre no logro acordarme que si alguien cree en los fantasmas es porque sin duda existen. Libertad de credo. Si hay personas que comulgan con la firme creencia del derecho a un Estado catalán, si existen individuas e individuos que se sienten vascas y vascos por encima de todas las cosas (y no les importa la sangre amontonada de un millar de muertos), si no se puede llamar iluso a quien tiene la ilusión de una alianza de civilizaciones, si la libertad de expresión consiste en ladrar desde tu parte de la trinchera, si se dogmatiza sobre las conspiraciones de los idus de marzo... entonces tenemos derecho a reivindicar la existencia de los Reyes de Oriente (próximo o no).
Habrá quién prefiera fiar sus peticiones pascuales a ese reno con apariencia de haber salido del armario, ese tal Rudolf, que conduce a Chanta Claus del uno al otro confín. El deseo también es libre. El que esto suscribe volverá a la infancia, ese territorio del que la vida nos exilia, para soñar de nuevo con la noche más mágica del año. Ahí van las demandas:
«Queridos Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar, de todo corazón deseo a Rodríguez, Juan Carlos, que la salud le asista. Y que se retire si es menester, que hay vida más allá de la política. Para el otro Rodríguez prefiero sentido común y que se percate de una puñetera vez de que gobierna también para los que no le votaron. A los jóvenes de ERC, un manual urgente de democracia. A los alcaldes de esta patria mía, que les vuelva la cordura. A los tránsfugas varios, que se les caigan los dientes. A maltratadoras y maltratadores, de Algeciras a Estambul, bola y cadena.
Para los empresarios solicito más inteligencia y que sigan cosechando beneficios con algún otro sistema que no sea siempre el recorte de personal y gastos. Para los jurados de los premios, literarios o no, decencia y que no concedan más galardones a los inútiles de turno. Para algunos directores de medios de comunicación, que la verdad ilumine su senda, que el periodismo no es ciencia ficción. Para ciertos locutores, templanza.
Y así en general, la vacuna contra el sida, el antídoto contra la tristeza, paraguas en los monzones, agua en el desierto, larga vida al rock&roll y mazapanes para todos...»

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"A maltratadoras y maltratadores, de Algeciras a Estambul, bola y cadena."

Me gusta la referencia a las maltratadoras, las mismas que en España quedan impunes en muchas ocasiones, ya que se discrimina, se insulta a los hombres maltratados por sus parejas.

Ángel dijo...

Me quedo con la larga vida al rock & roll, aunque sea con retraso. Si ya no puede ser este ´ño, que sea el siguiente.